Se supone que el hombre es un ser social por naturaleza, según dijo Aristóteles, pero eso no significa que todos sean buenos socializando.
En los anuncios, en las películas, en los programas de televisión, en las redes sociales, en todos lados, aparece un montón de extrovertidos conviviendo felizmente como si el mundo estuviera diseñado a su medida. Lo malo es que muchas veces la sociedad no se da cuenta de que los introvertidos también existimos, o peor, cuando nos notan creen que estamos mal, que somos “tímidos y solitarios” y que necesitamos ayuda para salir adelante. El resto de personas debe saber algo: sí somos callados y solitarios, pero no por timidez o por miedo, sino por puro placer.
La mente de un extrovertido y la de un introvertido funcionan de manera diferente, lo que a uno le puede parecer divertido y revitalizante, para el otro puede ser una tortura y robarle todas las energías. Lo bueno es que poco a poco los estereotipos contra nosotros se están desvaneciendo, y si perteneces a nuestro grupo seguro te identificarás con los siguientes tuits.