¿Te has puesto a pensar que a lo mejor no estás de malas ni son tus hormonas las que alteran tu humor?, ¡solo estás incómoda con tu calzado!
La mayor parte del tiempo nos preocupamos por vernos bien, combinar la ropa y lucir elegantes, pero dejamos de lado lo más importante: consentir a nuestros pies. Los zapatos son una prenda que comenzó a utilizarse cuando nuestros ancestros se dieron cuenta de que era una parte del cuerpo que tenían que proteger, ya que era la que estaba en contacto con superficies que solían ser peligrosas, rugosas y de temperaturas extremas, por lo que surgió en primera instancia como un recurso protector. Claro que con el tiempo, el glamour hizo de las suyas y hoy es un elemento al que se le presta mucha atención en el mundo de la moda, ¿pero a qué precio?
Callos, ampollas, cortaduras, roces, deformación de los huesos, tobillos lastimados, sudoración, pie de atleta, podemos seguir con la lista… Pero mejor queremos compartir contigo estos trucos que no solo le darán mayor confort a tus pies, sino que prolongarán la vida de tu calzado de una manera muy sencilla. ¡Toma nota!
1. Zapatos apretados
El calzado de cuero suele ser muy rígido durante las primeras puestas, así que para ablandarlo puedes intentar usar unos calcetines gruesos para caminar en ellos un rato y darles una pasada con la secadora caliente. ¡Ten cuidado de no quemarte!
2. Equilibrio en tacones
Un excelente truco para usar tus zapatos de tacón alto favoritos sin temor a caer, es unir el tercer y cuarto dedo del pie con cinta adhesiva. Además mantendrá tus dedos protegidos de la presión del zapato, evitando los callos y juanetes.
3. Plantilla antitranspirante
Por extraño que parezca, colocar una toalla pantiprotectora en el interior de tus zapatos, no solo te proporcionará suavidad y comodidad, sino que te mantendrá fresca, pues absorbe el sudor y los malos olores.
4. Suelas resbaladizas
Evita accidentes tallando las suelas de tus zapatos si son demasiado lisas, con una lija o unas tijeras para que no sea tan uniforme y así evites derrapar con cada paso.
5. Desodorante para las rozaduras
No solo es un auxiliar para los malos olores, ponerte un poco de desodorante en barra en las zonas que más suelen rozar con los bordes rígidos de tus zapatos, evitará que te lastimes la piel.
6. Té para desinfectar y desinflamar
Si por alguna razón no pudiste evitar cortaduras y ampollas, hundir tus pies en té de manzanilla podrá ayudarte a descansar y disminuir los dolores mientras que las hierbas naturales desinfectan las heridas.
7. Zapatos de charol relucientes
Unos zapatos de charol necesitan verse siempre impecables, y para que su brillo se mantenga como si fueran nuevos, te recomendamos rociarlos con líquido limpiador de vidrios.
8. Tenis blancos impecables
El calzado deportivo dura muy poco tiempo limpio, sobretodo el de color blanco, si quieres recuperar su tono, no recurras al cloro, mejor límpialos con quitaesmalte de uñas. ¡Amarás el cambio!
9. Periódico absorbente
Luego de una divertida tarde de lluvia, secar tus zapatos mojados suele ser una tarea muy difícil; para ahorrar tiempo y evitar que la humedad los arruine, rellénalos con papel periódico y deja que su magia actúe durante toda la noche.
10. Botas firmes
Cuando este tipo de calzado es muy alto, la bota tiende a deformarse por la caída natural del diseño, por eso puedes utilizar trozos de hule espuma para albercas o periódico con el que puedes rellenar su interior. De esa manera no perderá su forma fácilmente.
11. Adiós al mal olor
Si quieres deshacerte de una vez por todas del mal olor en los zapatos, puedes intentar ponerles una pizca de bicarbonato por las noches. Recuerda también lavarlos y limpiarlos con frecuencia.
12. Borra los arañazos en tus zapatos
Hay zapatos de cuero o charol que suelen rasparse fácilmente, para solucionar estas marcas, puedes frotarlos con un poco de vaselina, también quedarán protegidos para futuras ocasiones.
13. Reflexología para consentir a tus pies
Finaliza todos estos trucos con el mejor de todos, dándole un masaje a tus pies en agradecimiento por llevarte a todos lados; puedes apoyarte en una pelota de tenis y hacer movimientos circulares que te relajen poco a poco o simplemente salir a caminar descalzo sobre el pasto húmedo. ¡Y ya no los descuides!