Como si se tratara de una broma del destino, de un inexplicable caso de karma o simplemente del guion de una película Western, un asalto suscitado en la Ciudad de México se convirtió en leyenda. Y eso que constantemente ocurren cientos de actos vandálicos como éste en esa zona. ¿Qué es lo que lo hizo tan impresionante?
¡El asalto del siglo!
La inseguridad en esa zona del país no es un mito, por lo que hay investigaciones sobre cómo operan los delincuentes y los horarios en los que lo hacen. Pese a que el peligro ronda la ciudad las 24 horas, la noche es el escenario propicio para este tipo de situaciones; las personas regresan cansadas de sus jornadas laborales y se distraen con facilidad en el camino, cualquiera diría que es el momento perfecto para cometer un atraco… A no ser que a otro ladrón se le ocurra lo mismo.
Robo sincronizado
Resulta que en la delegación Gustavo A. Madero, dos jóvenes que no pasaban de los 20 años de edad viajaban sentados en la parte trasera de un autobús, y decidieron sacar un par de armas para amenazar al resto de los pasajeros y asaltarlos violentamente. Sin embargo, justo cuando ellos se pararon para comenzar el asalto, un ladrón sentado más adelante también decidió que era el momento perfecto para juntar una jugosa suma intimidando a los doblemente amenazados rehenes.
¡Parecía película de Tarantino!
Al darse cuenta de la situación, el trío de rateros no hizo más que dispararse entre sí, creyendo que se trataba de la policía. La suma de su motín fue solamente la muerte de dos de ellos, un gran susto para los pasajeros y sin duda una importante lección para los demás bandidos: justo cuando crees que es la hora perfecta para asaltar, hay algún otro ladronzuelo pensando lo mismo que tú.