¿Siempre olvidas todo, hasta el lugar en el que dejaste las llaves? ¿Creías que esto era una señal de que algo andaba mal con tu cerebro? Pues por más raro que te parezca, ser olvidadizo es un indicio de que eres más inteligente que el promedio.
Olvidar es un mecanismo para optimizar la memoria
Así se explica en la investigación de Paul Frankland y Blake Richards, publicada en el Neuron Journal.
Así que no importa si una persona no recuerda cuál equipo ganó la Copa Mundial en 1998 o cuándo es el cumpleaños de sus sobrinos. Lo realmente importante de la memoria es hacer que pueda tomar decisiones inteligentes y, para eso, olvidarse de las nimiedades es fundamental.
Omitir lo irrelevante y centrarse en lo importante
La memoria no es una grabadora de la realidad, su función es registrar información que nos ayude a desenvolvernos en situaciones futuras. Por eso existen mecanismos que promueven la pérdida de recuerdos.
Olvidar tiene sus ventajas
Como que nos permite adaptarnos mejor a nuevas situaciones sin la necesidad de arrastrar cargas de información innecesaria del pasado.
Olvidar nos ayuda a abstraer, generalizar y comprender conceptos sin tener que recordar cada detalle que vivimos.
Olvidar mejora el desempeño
Nos ayuda a hacer espacio en la mente para nuevos conocimientos trascendentales que nos ayudan a afrontar desafíos.
Alguien inteligente sabe almacenar sus recuerdos
Las personas sobresalientemente listas tienen habilidades para recordar con precisión los conocimientos que les sirven, pero pueden olvidarse de otras situaciones tan básicas como los alimentos que tomaron por la mañana.
Como diría Sherlcok Holmes…
‘El cerebro de una persona es como un pequeño ático vacío en el que hay que meter el mobiliario que uno prefiera. Las personas necias amontonan en ese ático toda la madera que encuentran a mano, y así resulta que no queda espacio para los conocimientos que podrían serles útiles. Pues bien, el artesano hábil tiene mucho cuidado con lo que mete en el ático del cerebro. Solo admite las herramientas que puedan ayudarle a realizar su labor. Es un error creer que la pequeña habitación tiene paredes que pueden ensancharse indefinidamente. Créame, llega un momento en que cada conocimiento nuevo que se agrega supone el olvido de algo que ya se conocía. Por eso es de la mayor importancia no dejar que los datos inútiles desplacen a los útiles’, Arthur Conan, Doyle, autor de ‘Sherlock Holmes’.