¿Qué nos hace diferentes de nuestros antepasados? La evolución de la especie humana ha pasado, según los científicos, del chimpancé al homo sapiens, pero aún existen ciertos rastros en nuestro cuerpo que hacen referencia a las diferencias y similitudes que aún nos unen con nuestros ancestros.
Aunque no lo creas, tras millones de años de transformación, todavía conservamos órganos cuya función se desconoce y que se les ha nombrado vestigiales. Las investigaciones apuntan a que se trata de miembros atribuidos a los cuerpos de los antiguos homínidos.
Es decir, ¿para qué demonios tenemos apéndice? A continuación te lo explicamos.
1. Músculo palmar largo
Se trata de un ligamento que salta al momento de juntar tu dedo pulgar con el meñique, pero debido a cuestiones genéticas no todas las personas lo tienen. Sucede que antes teníamos “garras” para trepar y saltar entre los árboles o capturar a nuestras presas.
2. Carne de gallina
Nos pasa cuando tenemos frío, cuando estamos emocionados o nos sentimos intimidados. Era una propiedad corporal con la que los primeros hombres se protegían contra el clima, ya que cuando los poros de la piel se endurecen y se adopta esta forma el calor interno se conserva más tiempo. También los animales se erizan cada vez que se sienten intimidados, pues su cuerpo suele verse más amenazador con este aspecto.
3. Pliegue epicántico
Esta característica física es propia de la raza mongoloide, pero en otras razas también ha aparecido. Se trata de una capa de piel que se extiende hasta cubrir el lagrimal y no sirve para nada, sino simplemente para recordarnos que todos descendemos de los animales.
4. Pliegue semilunar en el lagrimal
Esta membrana también es conocida como tercer párpado y cubre una porción del globo ocular, aunque es uno de esos órganos que han perdido su función o siguen sin descubrirla.
5. Punto de Darwin
También se le conoce como músculo del oído, y servía para poder mover las orejas de un lado a otro y detectar los sonidos y su procedencia con mayor claridad. ¿Conoces a alguien que aún pueda mover las orejas?
6. Muelas del juicio
Estos insoportables molares no sirven para nada en lo absoluto, ¿por qué? Sucede que nuestra dieta ha cambiado con el paso de los años y ya no es necesario tener una boca enorme para poder masticar los alimentos que comían los primeros homínidos. Antes necesitábamos 32 dientes, pero con la comida procesada y blanda de nuestra actual alimentación, estas cuatro muelas solo nos proporcionan un terrible e innecesario martirio.