La mayoría de las mujeres desearía un enorme trasero que atrape miradas de envidia y admiración a su alrededor, pero poseer una retaguardia de grandes proporciones también lleva consigo ciertos retos que ya no son tan agradables si se analizan a profundidad.
Si eres privilegiada con un atractivo trasero, te sentirás identificada, o si estás considerando aumentar su tamaño, lo pensarás más de una vez.
1. Los jeans nunca cumplen tus expectativas
Las compañías de jeans han pensando muy poco en las mujeres con gran trasero y en los dos grandes problemas que enfrentan al usarlos. ¿Cómo rayos piensan que entrarán en unos estilo skiny?
2. Las faldas y vestidos siempre te quedan cortos
Al momento de elegir una falda o un vestido, por mucho que la complexión sea similar a la de la modelo o maniquí, invariablemente quedarán más cortos de la parte trasera, y al agacharte un poquito se verá TODO.
3. Adiós, faldas tipo lápiz y los estampados de patrones
4. Es común que terminas golpeando objetos… ¡o personas!
5. La lucha del asiento
Los asientos “estrechos” no son la mejor opción porque quizá quepas en ellos, pero al momento de levantarse viene el verdadero suplicio.
6. La gente deduce que sabes bailar muy bien
¿Por qué? Tener un trasero prominente no te hace mejor bailarín.
7. Encontrar un buen bikini es una labor titánica
Siempre se te saldrán las pompas.
8. Devora tu ropa interior
Por alguna extraña razón -ya sabemos que no tan extraña– las prendas íntimas terminan muy adentro, casi engullidas por el gran trasero, por lo que no es nada raro acabar en un rincón acomodándote la panty.
9. Recibes comentarios halagadores SOLO de esa parte
¡Todo el tiempo!
10. ¡El mayor temor de todas!
El miedo eterno a que se rompa el pantalón.