En teoría, los payasos fueron creados para ser divertidos y entretener a los niños y a personas de todas las edades. Entonces, ¿por qué hay mucha gente que le teme a los payasos?
Aquí es donde entra la coulrofobia, el temor a estos personajes del mundo del entretenimiento. Una fobia que afecta especialmente a los niños, aunque puede aparecer en adolescentes y adultos.
Recapitulemos y saquemos conclusiones: los payasos, al igual que los bufones y arlequines, han existido desde hace cientos de años y han aparecido en muchas culturas como la egipcia, china, romana, británica y americana.
Pero a decir de David Kise, el director de talento del circo Ringling Bros, los payasos siempre tendrán y han tenido un lado oscuro debido a que gran parte de sus comedias se derivan del apetito voraz, sexo, bebidas y un comportamiento maniático.
Y como ejemplo está la historia de Grimaldi. Andrew McConnell Stott, decano de la Universidad de Búfalo, es autor de varios artículos basados en payasos escalofriantes, como Joseph Grimaldi, un antiguo mimo muy famoso en Londres.
Él es el antecedente de los payasos modernos.
Su vida fue todo menos feliz: padecía depresión, tenía un hijo alcohólico y su primera esposa murió al dar a luz; todo esto lo llevó a dejar su profesión antes de tiempo, muriendo en la ruina a causa de su alcoholismo en 1837.
Charles Dickens le hizo un estilo de homenaje, pero ese homenaje fue algo espeluznante y terrorífico. Dickens escribió sus memorias de manera siniestra, lo que provocó que la gente comenzara a relacionar esta profesión con algo escalofriante en el libro The Pickwick Papers.
Por otro lado, en Francia, el payaso más famoso era Jean-Gaspard Deburau, y su historia es todavía más aterradora que la de Grimaldi. Deburau mató a un niño después de que éste lo insultara en la calle, en 1836. Desde entonces los payasos dejaron de presentarse en sus teatros callejeros y comenzaron a presentarse en la arena de los circos.
El maquillaje jugó un papel muy importante en el arte macabro de los payasos, pues sigue siendo considerado como una máscara o cubierta de la verdadera personalidad de los payasos. Esto dio pie a las espeluznantes ideas de innumerables artistas, cineastas, escritores y creadores para explotar su imagen.
Un ejemplo en la vida real fue John Wayne Gacy, mejor conocido por ser el Payaso Pogo, y quien, entre 1972 y 1978, abusó sexualmente y mató a 35 jóvenes en Chicago.
Gacy fue declarado culpable de 33 cargos de homicidio y fue ejecutado en 1994. Después de estos hechos, fue conocido como “El Payaso Asesino”.
Sin embargo la película Poltergeist fue la que los convirtió en un terror de la vida real en el año de 1982. Esa escena en la que un payaso de juguete cobra vida y jala a un pequeño debajo de la cama.
O qué decir de Stephen King en 1986 con Eso, un demonio que ataca a las niños dentro del cuerpo de un payaso. Sin duda las profesión del payaso sufrió un daño evidente cuando fue llevado al terror por medio del cine.
Kiser menciona que incluso a mediadados de la década pasada comenzaron a surgir varios artículos sobre las convenciones de payasos en donde se lamenta esta situación.
Según la psicología, este miedo comienza a los dos años, generalmente cuando alguien le recomienda formar miedos a personas extrañas a los niños. A esta edad, la mente de los niños es muy flexible y se encuentra en pleno desarrollo y aún no pueden diferenciar lo fantasía de la realidad.
De acuerdo con la investigación de la Universidad de Búfalo, muchas personas desarrollan este miedo y alrededor del 2 por ciento de la población lo padece.
Así que si padeces esta fobia a los payasos se lo puedes agradecer a Charles Dickens, quien fue el precursor del terror a través de los payasos, y luego al cine. Tu miedo es completamente ocasionado por la fantasiosa mente de Dickens y sus precursores.