Siempre nos han dicho nuestros padres que los cotonetes son el mejor aliado para limpiar tus oídos, pero nosotros te diremos lo contrario.
Aquí te demostraremos por qué el hisopo se puede convertir en el peor enemigo para tus oídos.
Si bien es cierto que funciona a la perfección para limpiar los pliegues de la oreja, el cotonete puede provocarte incidentes graves con tu audición (recuerda: su utilización correcta sólo será en la parte exterior, nunca lo introduzcas).
Pero si eres de los que les gusta picarse el oído con esto, después de leer lo que te diremos, te aseguro no lo querrás volver a hacer, por muy placentero que esto sea; ya que infecciones y el no volver a escuchar son padecimientos que pueden suceder al limpiarte mal.
Douglas Backous, es médico especialista y Jefe del Comité de Audición de la Academia Americana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello en Seattle, EU, y es él quien señala que no es necesario que este órgano de nuestro cuerpo se asee, el oído se limpia sólo en sí.
Sin embargo, existen personas que producen demasiada cerilla y es cuando se recomienda sólo limpiar el exterior, por algún escurrimiento que este provoque. Backous, señaló que esta lubricación que expedimos no sólo nos permite alejar el polvo y la basura de nuestro tímpano, también provee algunos beneficios antibacteriales y antihongos.
Para este especialista existe un peligro real de dañar el tímpano de hacerlo con los hisopos. Las personas tendemos a empujar de forma inconsciente al cerumen, provocando una gran masa de este desecho lo que a su vez ocasionan obstrucciones.
Estas obstrucciones pueden provocar desde mareos y pérdida del equilibrio hasta la pérdida de la audición. Otra de las situaciones que causa es que al limpiarlos demasiado los cilios o vellos que se encuentran en el oído interno se vayan cayendo, esto provocará ruidos, pitidos y hasta zumbidos que son muy molestos para quien lo padece, este malestar jamás desaparecerá. Si tienes ese malestar acude a un audiólogo de inmediato. Así es como tu oído se ve:
Mira aquí la forma correcta de hacerlo…
1. Utiliza agua oxigenada
También es conocida como peróxido de hidrógeno. Con una jeringa de 3 ml. aplica la 1.5 mililitros y recuéstate durante 10 minutos.
Durante el proceso escucharás un ligero burbujeo, esto es señal de que sí esta funcionando y removerá cualquier tapón de cerumen que puedas tener acumulado. Una vez culminado el tiempo levántate e inclina la cabeza de modo que se pueda vaciar el oído con la suciedad.
Cuando termines limpia con un trapo o toallita húmeda hasta retirar los excesos que hayan quedado por fuera y repite la operación con el otro oído.
2. Aceites
Los aceites para bebés son los más recomendables para este tipo de operaciones, pues también están elaborados para este fin. Existen algunos especiales para el oído, aquí será cuestión de elección. Repite la operación del agua oxigenada pero con una menor cantidad, puedes colocar de 3 a 5 gotas por oído.
El tiempo de reposo también será de 10 minutos por oído. Para retirar los excesos procura sólo utilizar un trapo seco o gasas.
3. Sal
Mezcla una cucharada de sal en media taza de agua tibia.
Utiliza un algodón, jeringa o gotero para verter la solución en tu oído y deja reposar por 5 minutos, esto aflojará el cerumen y se deslizará por el canal auditivo.
Retira el exceso con un paño seco.
En caso de que sientas algo de temor en realizar estos remedios recomendados por algunos de los mejores otorrinos en el mundo, puedes ir con tu médico de preferencia y solicitar un lavado ótico.