Cuando los niños juegan a algo, lo toman demasiado en serio. Tan es así que a veces no miden las consecuencias de sus actos, y eso fue justo lo que le pasó a un pequeño de 9 años que jugaba a las escondidas con sus amigos mientras estaban en casa de su abuelo.
Los segundos pasaban y aún no tení un lugar para esconderse… Fue entonces que encontró el sitio perfecto.
¡Jamás lo encontrarían!
La caja fuerte de su abuelo fue ese lugar. Después de unos minutos sus amigos lo encontraron y le avisaron a los papás del niño
¡Nadie recordaba la contraseña!
Al no poder acceder, decidieron hablarle a los bomberos, quienes pasaron más de 3 horas tratando de liberar al niño.
Afortunadamente, la caja tenía una rendija por donde los bomberos le pasaron oxígeno al pequeño.
¡Por fin lo liberaron!
La historia tuvo un final feliz y el niño solo salió con un muy buen susto.