Perder a un ser querido es complicado, asimilar la situación lleva tiempo y muchas lágrimas. Nuestros familiares ausentes seguramente preferirían que la pena no nos invadiera y que mejor los recordáramos con los momentos felices.
Una familia de Nebraska, Estados Unidos, quiso despedir a la abuela de la manera más cálida y amorosa posible: decoraron la iglesia con las cobijas que tejía para sus nietos. Fueron al menos 30 edredones los que Margaret elaboró. Seguramente la abuela se encuentra muy complacida por ver todo el amor que se sintió el día de su funeral.
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Margaret Hubl falleció en julio del año pasado. Sus hijos y nietos creyeron que decorar los bancos de la iglesia con las cobijas que ella misma había tejido sería una hermosa manera de despedirla.
“Nunca imaginamos que serían tantos; cubrimos casi todos los bancos de la iglesia”, comentó su nieta Christina Hollman.
Margaret amaba ese pasatiempo y comenzó a coser edredones para regalárselos a sus nietos cuando se graduaran de la secundaria. Los últimos que confeccionó fueron tres meses antes de su partida y serían un presente para cada uno de sus nietos solteros; un tierno obsequio para el día de su boda.
“Tengo tres primos que no se han casado todavía y el día del funeral fue la primera vez que vieron los edredones hechos por ella. Fue un gran momento”, señaló Hollman.
La familia de Margaret sufrió la partida de la querida abuela, pero ella dejó un bello recuerdo que los abrazará y les dejará calidez como si fuera una amorosa caricia.
“Este es el amor que la abuela tuvo por cada uno de nosotros, la extrañaremos”, finalizó Hollman.