Por más extraño o ilógico que parezca, en 2015 hay más muertes por intentar sacar una selfie que por ataques de tiburones.
Según algunos informes, el número de muertes por selfies en 2015 da un total de 12, mientras que las muertes por ataques de tiburones sólo es de 8.
La mayoría de las muertes relacionadas con la selfie son resultado del descuido de las personas, como tratar de tomar una foto, perder el equilibrio y caer; intentar capturar el momento desafiando la gravedad o una foto con un oso.
Una de las muertes más recientes es la de un turista japonés de 66 años, que cayó por las escaleras al intentar tomarse una selfie en el Taj Mahal. Incluso el riesgo a causa del comportamiento de algunos turistas a llevado a que los parques cierren, porque algunas personas han tratado de tomarse fotos con osos o con toros.
La primera víctima reportada por la muerte relacionada con una selfie fue en abril de 2014, cuando una chica rusa de 17 años cayó desde un puente del ferrocarril en la ciudad de San Petersburgo. Otro incidente fue cuando un chico romano se electrocutó al tratar de tomarse una foto en la parte superior de un tren, cuando por accidente tocó un cable de alta tensión.
Un estudio publicado a principios de junio reveló que uno de cada cinco jóvenes británicos se toman selfies mientras conducen.
Debido a esto el gobierno ruso lanzó a principios de 2015 una campaña bajo el nombre #Safeselfie, con el que busca motivar a la gente a que tome precauciones al intentar tomarse una selfie. En julio publicaron un folleto mostrando a manera de dibujos los diferentes peligros al intentar sacar una selfie.
Sin duda, morir a causa de un accidente al intentar sacar una selfie, es una de las formas más tontas de morir.