Los paquetes de carne en las neveras del supermercado, contrario a la creencia popular, no contienen sangre. Si cada vez que tomabas uno, lo hacías con mucho cuidado y repulsión para no tener contacto con el sanguinario jugo que se escurre por los bordes del plástico, te tenemos maravillosas noticias.
¿Estás preparado?
Has vivido engañado toda la vida
Ese líquido se llama mioglobina, y no es sangre. La sangre por lo general se va perdiendo durante el proceso de limpieza, o adhiriéndose al tejido de los cortes, por eso cuando empacan la carne está casi limpia. Suelen verse humedecidas y rojizas por la mezcla de un suero que se produce naturalmente con agua y mioglobina, una proteína muscular que proporciona oxígeno a las células.
Pero, ¿por qué parece sangre?
La razón de su color es el pigmento orgánico de la proteína, su tonalidad roja asemeja la sangre, ya que mientras más mioglobina contenga el filete, más roja lucirá.
¿Qué término quiere su carne?
Durante el proceso de cocción, la mioglobina se va evaporando con el calor del fuego, y la carne va perdiendo su color y su jugo. Tiene que ver el tipo de animal, pero en cuestión de gustos, hay 4 populares términos para comer carne: rojo inglés, término medio, tres cuartos y bien cocido, ordenados según la disminución de mioglobina, por ello entre más tiempo pase cocinándose, más café o gris se volverá.