¿Has escuchado hablar del frasco de la calma? Maria de Montessori lo creó justamente para aliviar el estrés y la tensión en los pequeños de una forma fascinante.
Esta educadora, médico, psiquiatra, filósofa y feminista realizó una serie de investigaciones para explotar el potencial de los niños en su máxima expresión.
Montessori hizo lo posible para evitar el castigo a como diera lugar. Realizó una serie de experimentos que comprobaron que se puede calmar y modificar hábitos y personalidades de un niño de una forma profesional sin tener que recurrir al castigo como una opción de ejercer poder como padre.
Una de las genialidades de esta grande de las ciencias de la humanidad es justamente el frasco de la calma. Es un simple frasco de plástico con pegamento, shampoo y mucha pegantina lo que ha maravillado al mundo de la psicología, tras ayudar a eliminar las rabietas de los niños de una forma impresionante.
El frasco de la calma debe ser utilizado en el momento en el que el niño tenga un impulso de histeria, con calma debes entregarle el frasco y pedirle que se calme y se enfoque en los destellos de la pegantina, mientras se enfoca dile que agite el frasco, procura hablarle con cariño, haz que respire profundo y tranquilo.
Después de un minuto verás cómo el estado anímico del pequeño. Lo mejor del tratamiento es que no sólo sirve para calmar la rabieta en particular, esto método funciona a largo plazo.
El niño se irá enfrentando a un mundo diferente en el que estará más consciente de su respiración; cada vez que se sienta estresado, con miedo o histérico; solo tomará el frasco para despejar su mente.
Este se volverá un hábito positivo que abonará en la reducción de la ansiedad y la angustia del niño mediante ejercicios de concentración y meditación. Según Montessori, el frasco de la calma hace la misma función que lo hace el yoga, la meditación o el ejercicio de mirar una vela; por lo que se convirtió en una excelente técnica de control del estrés.
Mira cómo lo puedes hacer en casa, ¡es muy sencillo!