Es viernes y el fin de semana ha comenzado; todos estamos felices porque ha terminado una semana de labores. Ya sea que vayas a la escuela, trabajes o hagas ambas cosas, el fin de semana es un espacio para relajarte y divertirte un poco.
Después de todo, ¿quién no desea descansar un par de días de la rutina? Levantarte a las 6:00 de la mañana, tomar el autobús, ir a cumplir tus “obligaciones” y regresar a casa a las 8 de la noche… y hacer lo mismo al día siguiente.
Tus amigos y tú deciden que sería buena idea ir al club, así que hacen las reservaciones, ¡y listo! Por la noche te encuentras pasando un buen rato, bailando, bebiendo y platicando. A tu alrededor todo es felicidad. ¿Trabajo?, ¿escuela?, ¿obligaciones? ¡Nada de eso! Ahí solo hay música, alcohol y felicidad.
Todo es divertido. De repente decides ir al baño y te topas con un grupo de sujetos que están agachados en los lavamanos; uno de ellos es un chavo que, no sabes ni cómo, llegó a tu mesa y se puso a platicar contigo y tus amigos. Se voltea, te ofrece un sobre con algo blanco y te invita a probar… una línea.
En otras condiciones lo rechazarías tajantemente, pero estás alcoholizado y todo te parece más fácil. Así que piensas por dos segundos y dices: “¿por qué no?”. Así que lo haces y te sientes bien. Entonces, si el próximo fin de semana alguien te vuelve a ofrecer, quizás lo vuelvas a hacer.
Si piensas que no pasa nada por una o dos ocasiones, mira estas imágenes que te muestran lo que la cocaína le hace a tu cuerpo, incluso si solo la llegaste a probar una vez.
El Dr. Adam Winstock, consultor y fundador de la Encuesta Mundial de Drogas, dice que existe algo llamado “percepción errónea normativa”, es decir, imitamos las conductas de otros porque, como todos lo hacen, creemos que es normal. Así fue aquella vez en el baño del club, todos lo hacían y eso te motivó a hacerlo también.
El problema de consumirla, aunque sea una sola vez dice Winstock, es que la cocaína es un vasoconstrictor y, en términos simples, te contrae los vasos sanguíneos para que el corazón bombee más sangre, es como pisar a fondo el acelerador del auto mientras presionas fuerte la manguera de la gasolina.
La contracción de las arterias, sumado al aumento de coagulación de la sangre -también provocado por la droga- puede dar como resultado un infarto al corazón. Quienes han consumido cocaína ocasionalmente tienen hasta 4 veces más posibilidades de sufrir un paro cardiaco que una persona promedio.
Además, compartir un billete o un pedazo de papel enrollado para absorber unas líneas puede contagiar la hepatitis C, que es un virus que puede vivir afuera del cuerpo durante semanas.
La cocaína también actúa causando minúsculas microperforaciones en los músculos del corazón, especialmente por el exceso de ejercicio; con el tiempo esas microperforaciones se convierten en cicatrices. Además, está el tema de la aterosclerosis.
¿Quieres saber qué es la aterosclerosis?
Es cuando las paredes arteriales comienzan a llenarse de grasa espesa, y todos sabemos que uno de los principales enemigos de la sangre es la grasa… y la larga lista de enfermedades que se derivan del exceso de grasa.
El otro grave problema es comenzar con la dependencia y llegar a necesitar más y más cada vez.
Al principio solo era el fin de semana; después será también los jueves. De inicio, esto afectará tu economía, pues consumir mayores cantidades de droga representa un mayor gasto. Las faltas o retardos en el trabajo y la escuela comenzarán a ser habituales hasta que terminen por echarte de ahí; las discusiones con tu familia y amigos cercanos serán repetidas, incluso tu pareja se hartará de tus conductas inestables, de lo paranoico e impulsivo que te has vuelto.
Entonces…