La hora de la ducha es un momento glorioso de relajación, y aunque creemos que nada puede salir mal, es casi un hecho que casi todos comentemos estos errores. Toma apuntes y cambia algunos hábitos, tu cuerpo lo agradecerá.
1. Agua muy caliente
Una ducha caliente es deliciosa después de un largo día de trabajo ¿pero sabías lo perjudicial que es el agua a alta temperatura para tu cuerpo? Deshidrata y descama la piel, también provoca la aparición de espinillas, inflamación y enrojecimiento, esto debido al excesivo flujo sanguíneo.
Se recomienda ducharse con agua tibia y finalizar con agua fría para tener una piel más tensa y lisa y también te mantendrá más activo.
2. No frotarse debidamente los pies
Para evitar la aparición de hongos siempre debemos frotar y limpiar muy bien nuestros pies, mejor aún con jabón neutro y nunca olvidar lavar entre los dedos. Al finalizar la ducha es importante secarlos a la perfección y proceder a la hidratación.
3. Retardar el proceso de hidratación
El mejor momento para hidratar la piel es inmediatamente después de la ducha, cuando los poros están abiertos y listos para recibir los productos -de esa manera se aprovechan mejor las propiedades-, tu piel agradecerá ese gesto.
4. Enrollarse una toalla alrededor del cabello
Muy pocos saben que esta acción debilita y quiebra el cabello; lo mejor es quitar el exceso de agua con delicadeza, sin frotar, simplemente con pequeños toques.
5. Ducha prolongada
Una ducha debe durar unos 10 minutos, prolongar ese tiempo genera resequedad y aparición de espinillas. Eso sin mencionar el desperdicio de agua.
4.Uso frecuente de productos espumosos
Entre más espuma produce un producto limpiador, más grasa elimina de nuestra piel, provocando una aspecto áspero. Opta por productos naturales que contengan aceites, además de limpiar, proporcionaran nutrición a tu piel.
5. Usar la misma esponja de baño
Las esponjas de baño -al estar siempre en un ambiente húmedo- son el nido perfecto de hongos y bacterias. Se recomienda usar la misma esponja solo cuatro semanas y secarla en cada uso.
6. Secar vigorosamente la piel
Al igual que el pelo, lo mejor es secar la piel con suaves palmadas y dejarla ligeramente húmeda; no es necesario tallarla fuertemente.