Ya sea para fregar alguna superficie o para el aseo personal, todos hemos utilizado un estropajo o esponja de estas. Sin embargo, ¿te has preguntado de dónde salen esas cosas rasposas que nos ayudan a mantener limpia y sana la piel? Nosotros tampoco, pero si ya te dio curiosidad, te explicaremos su origen a continuación.
Después de todo, uno nunca sabe cuándo el estropajo será un buen tema de conversación.
¿Ya conocías estas cosas?
Te los presentamos, se llaman estropajos y sirven para limpiar de manera muy ruda. Pero estos son los orgánicos, no como los de plástico que encuentras en el super de mil colores y con textura suave.
¿Tú también creías que venían del mar? Qué pena…
No, los estropajos no son como Bob Esponja, y por increíble que parezca: su origen no es el océano.
No es tu culpa haberlo supuesto
La responsable de tu confusión es toda esa decoración con elementos oceánicos con los que los publicistas relacionan al estropajo.
¿Lo ves?
En serio, hacen esto con el único fin de venderte un jabón o algo por el estilo pero, ¿quién se baña con conchitas de mar? ¿Ariel?
¡Que alguien les ponga un alto!
Además es algo que usas siempre, no solo en la playa -queremos creer-.
¿Estás listo para conocer la verdadera historia de los estropajos?
Así es, los estropajos vienen del PEPINO.
Es broma, son plantas alargadas muy parecidas a la calabaza
Calabaza de Luffa, para ser exactos. Se colocan al sol para que el calor y la luz hagan su trabajo, tostando la planta y dando como resultado al mejor de los exfoliantes de todos los tiempos (en el interior de esas verdes cáscaras).
Así es como se seca
Y así es como sale el estropajo
Una vez que se peló por completo… Voilà
Recomendado por dermatólogos, mejor olvida esas esponjas delicadas para débiles. ¡Dúchate como guerrero!