Nadie conoce la verdad absoluta sobre qué se siente morir; no obstante, las personas que han tenido una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM) son quienes han ayudado a la ciencia a tratar de descifrar este enigma que todos alguna vez en la vida nos hemos preguntado.
Una de las primeras descripciones con las que cuenta la ciencia de forma escrita es aquella que data del siglo XVIII, en la que un médico militar francés relató su ECM a un farmacéutico de París, cuando se había quedado inconsciente luego de un accidente en su base militar. Él aseguró al despertar que había visto una “luz tan pura y brillante que pensaba que estaba en el cielo”. Y así, historias como la de este francés se repiten habitualmente entre los pasillos de los hospitales, cuando los pacientes experimentan una muerte clínica.
Los científicos creen que el cerebro puede seguir funcionando un tiempo aún cuando el corazón ha dejado de latir. En un estudio publicado en la revista Resuscitation aseguran que el 46 por ciento de los pacientes que sobreviven a un paro cardíaco recuerdan haber tenido una especie de “conciencia” durante los minutos que estuvieron clínicamente muertos.
Pero ¿qué pasa con la otra mitad? Un usuario de Reddit r00tdude contó su ECM y abrió una serie de preguntas y respuestas, luego de asegurar haber muerto en dos ocasiones. Este joven ateo dijo cosas interesantes y hasta cierto punto coincidentes con las teorías científicas, pero que no tiene nada que ver con la del médico francés.
Esto fue lo que escribió:
“Experimenté algo, y ese algo fue la nada. Soy un hombre que ha estado muerto dos veces, durante dos minutos cada vez. Pregúntenme lo que quieran. Ésta es mi pequeña historia. Tuve un accidente en motocicleta.
La primera ‘muerte’ fue inmediatamente después del accidente, mi cuerpo dejó de sentir dolor físico y mis heridas no dolían más; por un momento se apagó. Sin pulso, ni respiración ni una conciencia total.
Mi segunda ‘muerte’ fue cuando me encontraba agonizando del dolor, después de la cirugía y justo después de que recibiera bastantes analgésicos. El dolor que tenía y la inmensa cantidad de analgésicos causaron que mi pulso descendiera a menos de 10 por minuto y mi sistema respiratorio se apagara.
Si los médicos no me hubieran dicho nada, habría pensado que me había echado una siesta. Era todo negro. Una pequeña siesta sin sueño, de la que te despiertas como si hubieras estado dormido mucho tiempo, cuando en realidad sólo han sido 15 minutos. La única razón por lo que sé esto es porque los médicos estuvieron obligados a contármelo.
No fue sólo una laguna, es parecido a una siesta en la que no sueñas nada, pero no te despiertas de repente y piensas que ha pasado el tiempo. Sabes que has estado dormido un tiempo. En realidad sí que experimenté algo, pero ese algo fue la nada. Y ahora estoy seguro de que no hay nada parecido al cielo.
Siempre he sido ateo, pero siempre hubo una parte de mi que tenía la esperanza de que existiera un Dios, un cielo o algo más grande que nosotros. ¿Quién no quiere que haya un cielo? Sigo siendo ateo, ahora sé que no hay nada parecido a Dios o al cielo. Al menos no para mí. Mi razonamiento es que ningún Dios haría que las personas y sus familias pasaran por esta experiencia”.
La experiencia Rootdude podría ayudar a definir a la ciencia los verdaderos encuentros cercanos y es que, en realidad los ECM no son más que momentos que pasaron las personas vivas que en realidad no han muerto, por lo que lo descrito por este usuario de Reddit, podría ser lo más acertado: no se siente nada al morir.