Cada quien envejece según el estilo de vida que lleva, si no lo crees solo basta que hagas una reunión de generación con tus amigos o recuerdes la última a la que asististe. Nunca falta el de la panza cervecera que en sus mejores años presumía un abdomen de lavadero, la madre demacrada e irreconocible que parece más una exprofesora y la que le vendió el alma al diablo o de plano es pariente de Dorian Gray… ¡porque no se hace nada!
Más allá del morbo por saber cómo lucen ahora sus colegas universitarios, la fotógrafa Josephine Sittenfeld decidió recrear los retratos que había sacado de sus compañeros en el año 2000 para identificar a simple vista las diferencias entre su juventud y la actualidad, contrastando las distintas formas de envejecer y las huellas que deja el tiempo en la vida humana. ¡Además qué mejor pretexto para reunir a los amigos que una sesión!
Cuando tenía 20 años sentía algo intangible, indescriptible y lleno de energía. Solo ahora soy capaz de describirlo: la percepción absoluta de la vida que está por delante.