La bioluminiscencia es un fenómeno que ocurre en ciertos organismos vivos que tienen la capacidad de producir luz, se halla principalmente en las especies marinas que viven en las profundidades. Las luciérnagas, por ejemplo, sintetizan una sustancia denominada luciferina que es oxidada con la ayuda de la enzima luciferasa. Esta reacción es altamente eficaz, prácticamente sin pérdida de energía.
Actualmente diversos grupos de científicos estudian las bacterias biolumínicas para desarrollar una tecnología no invasiva que permita que las plantas puedan emitir este tipo de luz. Su propósito es lograr que iluminen las calles por las noches de una forma sustentable.
No está lejos de que ocurra
Antony Evans es un bioingeniero y empresario de San Francisco que fundó un proyecto llamado Glowing Plant, que se ha financiado colectivamente. Él y su equipo desean concebir plantas domésticas bioluminiscentes que sirvan de iluminación ambiental. De ser posible este proyecto permitiría sustituir las actuales farolas de las calles o de ciertos espacios por plantas o árboles bioluminiscentes.
Por supuesto no ha estado exento de la polémica, ya que Evans compara la generación de nuevos organismos a través de la mutación genética con la evolución digital y ve a los organismos vivos como “aplicaciones”; además, piensa que la clave es apostar por la innovación. Finalmente, su equipo ha conseguido convertir una planta en un ser bioluminiscente.
La campaña Kickstarter fue creada para producir plantas brillantes que no usan electricidad. Luego de obtener los 65 mil dólares necesarios para crear la primera planta, se considera el primer proyecto de ingeniería genética que se lanza con éxito.
Otros tienen la misma visión
El diseñador holandés Daan Roosegaarde también busca el mismo objetivo. Ha conceptualizado autopistas inteligentes e interactivas así como parques que eliminan las partículas de esmog, y para lograrlo está volcando su atención a las jaleas y bacterias bioluminiscentes. Al fusionar su compuesto productor de luz con plantas, el equipo visualiza iluminar las calles de la ciudad con árboles que brillan por la noche.
Cuando una medusa está a cierta profundidad, muy por debajo del agua, crea su propia luz. No tiene batería, panel solar ni recibió energía. Lo hace de forma completamente autónoma. ¿Qué podríamos aprender de eso?
Existen muchos avances
Alexander Krichevsky, de la Universidad Estatal de Nueva York, fundó la compañía tecnológica Bioglow, que intenta comercializar plantas autónomas luminiscentes, basándose en la investigación que su equipo publicó en PLOS One en 2010.
La enzima luciferasa cataliza las reacciones emisoras de luz en diferentes organismos. La emisión de luz bacteriana luminosa está codificada por el operón lux. Entonces, el equipo generó dos líneas de plantas de interior en Nicotinana Tabacum que portan el operón lux de bacterias de Photobacterium leiognathi. Como resultado, las plantas pueden producir luciferasa y sus sustratos, luciferinas.
Es un reto para los científicos
Un equipo de la Universidad de Cambridge modificó el material genético de las luciérnagas y las bacterias bioluminiscentes Vibrio fisheri para aumentar la producción de enzimas ligeras que pueden insertarse en los genomas.
Existen otras formas para lograrlo
En la Unión Europea existen estrictas normativas acerca de modificar genéticamente las plantas, por lo que está prohibido su desarrollo en países como Holanda y España. Pero esto no supone un problema para el equipo de investigación que trabaja paralelamente en el proyecto europeo denominado Glowing Nature.
La iniciativa es diferente y utiliza árboles adultos a los que no se les modifica el ADN sino que se les aplica una fina capa de pintura biológica con propiedades luminiscentes. La pintura se recarga durante el día gracias a la radiación solar y emite luz durante la noche, con una autonomía de hasta ocho horas.
Urge encontrar una solución
Por ahora, en la Tierra no existe ninguna especie vegetal con la capacidad de producir luz sin un gasto de calor. La biotecnología y el diseño industrial tampoco han sido capaces de crear, hasta el momento, aplicaciones con viabilidad real, hasta la llegada de Glowing Plant Project.
Es así como los científicos trabajan en una forma sustentable para producir luz durante la noche, y la inspiración proviene de la naturaleza que, como siempre, nos provee de las respuestas que necesitamos. Quizá no falte mucho para que podamos conocer este tipo de tecnología renovable y verla en todos los árboles de los parques. ¿Te gustaría vivir en una ciudad alumbrada de esta forma?