Hay separaciones justas y necesarias, momentos en que la relación de pareja está tan fracturada que para ambos es evidente la frustración del tan anhelado “felices por siempre”; no está mal cambiar de parecer y comenzar una nueva historia solos o con otra persona que le devuelva el sentido a la palabra amor.
Sin embargo, cuando hay niños de por medio las decisiones no se deben tomar a la ligera para evitar hacerle daño a los más vulnerables. Debemos dejar de tenerle miedo a la palabra divorcio, pero tomar las medidas necesarias para que el proceso que ya de por sí es doloroso, no se vuelva una tortura para los hijos ya que después de todo ellos también están perdiendo a su familia.
1. Una familia es perfectamente feliz
2. Hasta que uno de los pilares se distrae
3. Y descuida a los que ama
4. Para enfocarse en sus propios deseos
5. Muy pronto la responsabilidad solo depende de uno
6. Hasta que la historia se repite
7. Y los más afectados son los hijos
Muchos se sintieron identificados
Una experiencia bastante dolorosa
Pero también hay diferentes puntos de vista
A algunos les fue mejor
A veces es dejar ir es la opción correcta
¿Cuál es tu perspectiva de la separación?