El cuarto del nuevo integrante de la familia podrá tener las paredes más coloridas, los viniles más creativos, los muñecos de peluche más adorables y las ventanas con más luz… pero no estará completo sin el elemento traducional de una recámara de bebé: ¡una bonita cuna!
Originalmente los bebés dormían sus deliciosas siestas en canastos de mimbre cubiertos por suaves sabanitas que los protegían de los insectos, pero el mundo moderno se ha encargado de revolucionar sus zonas de descanso para volverlas mucho más cómodas, con diseños atractivos y hasta móviles que logren arrullarlos y garantizarles a los padres que su pequeño tendrá el más dulce de los sueños.
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