Aun y cuando de niños tuvimos que sufrir con los castigos y regaños -injustificados muchas veces- por parte de nuestra madre, debemos aceptar que sin esos seres divinos nuestra vida no sería una aventura llena de buenos y divertidos momentos.
Además de alimentarnos y protegernos en todo momento, las madres vinieron a este mundo para alegrarnos la existencia con detalles que, por más simples que parezcan, pueden convertirse en acciones por las cuales podríamos otorgarles el premio por ser “La mejor mamá del mundo”.