Seguramente recuerdas esas tardes en que sacabas el álbum de fotografías que conservaba tu abuela para averiguar cómo lucían tus padres en su juventud. Parece ser una tradición ancestral y si tuviste la oportunidad de hacerlo sabes que solo pudieron pasar dos cosas: identificar las similitudes de tu rostro en el de tus papás durante su mejor época o darte cuenta de que no se parecían en lo absoluto.
Si tu madre o tu padre y tú se miran juntos frente al espejo, notarán que tal vez detrás de las arrugas, las canas, las marcas de expresión y manchas de la edad existe alguien idéntico. Este fenómeno también ocurre en el espectáculo pese a las cirugías y cambios de look a los que las celebridades se someten, y es que por muy distintos que sean tanto en apariencia como en forma de ser, nadie puede negar que hubo una época en la que pudieron haber sido como dos gotas de agua con ayuda de una máquina del tiempo.