Si ya eres madre o padre de una bendición, sabes que aunque probablemente toda tu vida fuiste descuidado y torpe, ahora se ha desarrollado en ti una especie de superpoder para intuir el peligro. Podría decirse que tu hijo te aportó toda la perspicacia que jamás tuviste, y que ahora centras toda tu atención en buscar medidas preventivas para evitar que le suceda el más mínimo accidente. ¡Pareciera que lo quisieras tratar con pinzas para que nada malo le pase!
Y es normal, sin embargo, hay una delgada línea entre los cuidados de un padre precavido… y la sobreprotección de un padre intenso. Para no llegar a los extremos y ayudarte a estar tranquilo, te dejamos algunos tips inteligentes que puedes aplicar en casa para que tu bebé continúe descubriendo el mundo por sí solo y divirtiéndose fuera de peligro.