Lo primero que se te viene a la mente cuando consideras tatuarte, aunque no se trate de la primera vez que lo haces, es la zona en la que lo harás. Porque, admitámoslo, un tatuaje es algo doloroso que aunque luzca genial nos hace pensarlo dos veces. ¡Que te deje de importar el umbral del dolor! Arriésgate, aguanta y piensa que el proceso es algo temporal; en cambio, el diseño quedará por siempre en esa parte de tu cuerpo que adorarás voltear a ver cuando te pares desnuda frente al espejo.
Si hay algo que a las chicas nos encanta es derrochar sensualidad, y los tatuajes suman muchos puntos dependiendo de la parte en la que te lo colocas. No tienes que tener un supercuerpo bien trabajado, solo hay que sacarle provecho a esas zonas que para muchos representan erotismo y atrevimiento. ¿Añadirías tinta en estos lienzos o te da pena? ¡Arranca suspiros y roba miradas sin tabúes!