Todos conocemos a los grandes pintores o al menos sus obras. Las hemos visto en los museos más importantes del mundo, en los libros y en Internet, pero hay algo que casi nadie conoce de los pintores: sus estudios, esos templos sagrados donde desarrollaron sus más grandes obras.
Quizás nunca nos hemos puesto a pensar en qué lugares los artistas hacen sus obras de arte, pero es interesante reparar en ello; después de todo, el estudio de un artista es el lugar en donde se hace la magia.
Cada estudio tiene un rasgo en particular: algunos son ordenados y pulcros, otros más son un verdadero desastre. Pero todos son lugares llenos de inspiración para los artistas, sin importar si son contemporáneos o no.