En el mundo existen miles de tatuadores muy talentosos que día a día inyectan tinta, creando impresionantes obras. Uno de ellos es Vek van Hillik, quien no solo se ha destacado por su maestría en el dibujo sino en la creación de sus diseños: sus bocetos son una fascinante ilusión óptica.
Cada tatuaje se sitúa en una parte estratégica del cuerpo y con cada movimiento cobra vida. Van Hillik utiliza los pliegues de las extremidades para ocultar las partes del diseño, y no es hasta que se flexionan que aparece la magia.