La imaginación de los niños al momento de dibujar no tiene límites, y si a eso le agregas un toque de creatividad y profesionalismo de los padres, el resultado pueden ser obras de arte completamente asombrosas, como en el caso de Thomas Romain, quien convirtió los dibujos de sus hijos en geniales escenas de cómics.
Trabajando en lo que él llama: “El taller del padre y los hijos”, sus pequeños echan a volar su creatividad haciendo dibujos que, posteriormente con ayuda de programas de edición, él inmortaliza en grandiosos personajes de historietas, como los que estás a punto de ver.