Las calles de Seúl, en Corea del Sur, se han llenado de color y vida gracias al Proyecto Monzón de un grupo de diseñadores; una idea genial que hacer que las calles vibren con gigantes murales sobre el pavimento ¡sólo cuando está lloviendo!
A estos artistas se les ha ocurrido utilizar pinturas hidrocromáticas, pinturas que sólo son visibles cuando se mojan. Así, durante los días lluviosos y bajo la inspiración por la cultura surcoreana de enfatizar las importancia de las corrientes de los ríos, estos murales murales muestran composiciones topográficas del país, por lo que cada charco de lluvia en cada avenida será un toque de color y alegría.
¡Mira esto… es increíble!