Hay un prejuicio en el mundo del cosplay y a causa de él suele discriminarse a las personas morenas y a las que no son delgadas, pues la mayoría de los personajes que se imitan son del anime o manga japonés y suelen ser de piel pálida y figura esbelta.
Sin embargo, Jasmine ha desafiado estas concepciones al demostrar que una chica de piel oscura y con curvas también puede hacer cosplay.