Un aproximado de 10,000 personas visitan en Berlín el monumento al Holocausto, una obra creada por el arquitecto Peter Eisenman en 2004 y que inicialmente era un homenaje a los judíos víctimas de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Ahora parece que se ha transformado en un lugar para tomar selfies… y entre más irreverentes mejor, lo cual, desgraciadamente, está muy lejos del respeto a los más de 6 millones de víctimas.
Esta es la visión del artista y cómico israelí Shapahak Shapira, quien a través de su proyecto en línea Yolocaust intenta dar una lección de respeto a la nuevas generaciones que se toman fotografías en ese histórico monumento.
Las fotografías que los turistas suben a sus redes sociales son llevadas a Yolocaust y al pasar el cursor por la imagen original se transforma en una escena real del sombrío recuerdo de aquellos días.
“No voy a decir lo que puede o no hacer a la gente. Todo el mundo tiene que decidir por sí mismo, pero voy a hacerles pensar. Las imágenes muestran cómo puede olvidarse la memoria. Muchos ven al memorial nada más como un conjunto de objetos y fotos y menos como un lugar para el ejercicio de la memoria cultural”.
El resultado del proyecto de este artista israelí es una fuerte colección de fotografías que realmente invitan a reflexionar sobre lo frágil de la memoria y lo endeble que puede ser la historia con las nuevas generaciones.
Shahak Shapira utiliza las etiquetas en diversas redes sociales para identificar a sus víctimas irrespetuosas; no es complicado localizarlas debido a la gran cantidad de visitas que recibe el monumento al Holocausto. A pesar de no pedir permiso a los dueños de las fotografías, Shapira no proporciona nombres y está dispuesto a eliminar el montaje si algún afectado lo solicita. La intención no es ridiculizar sino hacer reflexionar.
Shahak emigró de Israel a Alemania a la edad de 14 años y ha vivido la xenofobia y el rechazo de muchas personas en este país. Su propia familia fue víctima del exterminio nazi; su abuelo fue el único sobreviviente de sus familiares en un campo de concentración durante el genocidio judío. De ahí que pueda dedicarse a proyectos como Yolocaust.
“Ningún acontecimiento histórico se compara al Holocausto. Es decisión tuya cómo debes comportarte en un sitio que conmemora la muerte de 6 millones de personas”.
Shahak pone un toque satírico a todos sus proyectos, así que Yolocaust no podía quedar mejor. De la unión del modismo Yolo (You Only Live Once -Solo se vive una vez-) y Holocausto surgió este proyecto que invita a tomar conciencia sobre la historia y, sobre todo, a mantener un respeto quizá con la premisa: “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”.