Todos tenemos cierto conocimiento de los conflictos que existen entre Israel e Irán, y aunque creemos que son únicamente del ámbito político, han afectado cada factor de la vida de sus habitantes, incluso han tocado el ámbito del deporte, el cual se supone debería ser una actividad de recreación.
Durante los Campeonatos Mundiales Juveniles de Lucha Libre que han sido celebrados hace poco en Hungría, se capturó en video el momento en el que el entrenador del luchador iraní “Peyman” coloca hielo en el antebrazo del deportista pocos momentos antes de enfrentarse al contendiente de Israel.
Peyman se ve confundido, no entiende por qué su entrenador se comporta así, si su brazo se encuentra en perfecto estado.
“El problema es que si luchas contra Israel tu nombre será eliminado de la selección para siempre. Te estoy poniendo hielo para justificar que no puedes luchar porque tienes una lesión ¿Lo entiendes? ¿Entiendes la situación?”
Peyman comenzó a llorar, pues si no combate será eliminado de la contienda y le suplica a su entrenador:
“¡Déjame ir al combate! ¡Puedo ganar si me dejas!”.
Esta escena saca a la luz que los problemas políticos y religiosos perjudican inclusive a un adolescente cuya pasión es boxear; a quien se le impide hacer lo que lo hace feliz, la actividad que le enseña disciplina y honestidad; y por el contrario, se le obliga a fingir estar lastimado para no competir.
Los deportistas de Irán tienen prohibido competir contra los deportistas de Israel, ya que Irán no reconoce a Israel como país.