Taka y su familia estaban en casa cuando ocurrió un devastador incendio. Aunque sus dueños intentaron salvarlo, él se quedó atrapado en el fuego y ellos tuvieron que salir para poner a salvo al resto de su familia. Todo parecía perdido, pero un milagro ocurrió…
Taka escapó del fuego y corrió a la calle
Afortunadamente uno de los vecinos lo vio y lo llevó al Hospital Care More Animal, en Georgia. Cuando llegó al nosocomio tenía quemaduras graves alrededor de los ojos, las orejas, el hocico y el abdomen.
Taka estaba delicado, tenía mucho dolor y estaba presentando problemas para respirar, por lo que el personal del hospital lo trasladó a la clínica de la Universidad de Georgia para que lo conectaran a una máquina de oxígeno. Un par de días después, cuando el estado del perrito dejó de ser crítico, lo regresaron al Hospital Care More Animal, donde una veterinaria llamada Emily Martin sintió mucha empatía por él.
Emily no se apartó nunca de Taka
Cuando Taka aullaba de dolor o se sentía triste ella se recostaba a su lado y lo acariciaba para calmarlo. El personal pensó que lo mejor sería que ella fuera la responsable del caso clínico del perrito, pues más que su veterinaria se había convertido en su amiga.
Uno de los aspectos que más sorprenden a Emily sobre Taka es que él se mantiene feliz y energético a pesar de todas las tragedias que le han sucedido, “muchas veces cuando los animales sienten dolor comienzan a morder a las personas, pero Taka nunca lo ha hecho, esto ha causado que todos nos encariñemos con él”, comentó.
Lamentablemente, Taka quedó ciego, pero aún no está claro cómo le afectará el resto de las quemaduras, sin embargo, Emily se encuentra optimista sobre su recuperación. “Definitivamente tiene mucho dolor, todavía no está fuera de peligro, pero tengo la esperanza de que va a estar bien”, dijo Emily.