Una familia japonesa encontró a un pequeño gatito huérfano de tres días de nacido. Era la cosa más adorable que habían visto y no pudieron dejarlo a su suerte. Lo cobijaron, lo llevaron a casa y lo bautizaron como Koma; era tan pequeño que sus ojos todavía no estaba abiertos. La familia se dio cuenta de que el minino necesitaba un compañero para que lo cuidara, así que decidieron otorgarle el puesto al superhéroe Ultraman, y documentar su crecimiento.
En cada fotografía se puede ver a Koma y a su mejor amigo Ultraman en todo tipo de situaciones, y poco a poco ese pequeño gatito abandonado se transformó en un grande -y un poco obeso- bigotón.
¿Quieres ver el tierno paso del tiempo de estos dos amigos? Desliza tu dedo hacia abajo.