Cuando el veterinario Ovidiu Rosu daba un paseo en las nevadas calles de Bucarest, Rumania, vio un perro tumbado en la nieve. Se acercó para ver si estaba bien.
No estaba del todo bien
Tenía en su cuello un tubo atorado, lo cual no solo era incómodo para el animal, sino que amenazaba su vida. Lamentablemente, Rosu no traía consigo el equipo necesario para liberarlo o ayudarlo, así que regresó a su clínica y fue de vuelta en medio de la nieve a buscar al perro.
Tardó 6 HORAS en encontrarlo
Pero cuando lo hizo su corazón se tranquilizó, pues sabía que podría salvar su vida. Le dio un tranquilizante para que mientras maniobraba el perro no hiciera ningún movimiento brusco y…
¡Lo liberó!
Después lo cargó y regresó hasta donde tiene su clínica veterinaria, donde pudo atenderlo de sus heridas.
Esto es un verdadero amor por los animales
Gracias al gran corazón de este hombre esta historia no tuvo un final triste, sino que le dio una nueva esperanza de vida al perrito, quien seguro estará agradecido con Ovidiu toda su vida.