¿Sabes qué puedes hacer si ya estás harta de esperar el amor de un hombre sincero, fiel y divertido? Pedir la mano de tu perro… O mejor dicho, su pata. ¿Ya es posible casarte con tu mascota? Al parecer las posibilidades son infinitas y cualquier cosa puede pasar en esta loca montaña rusa de feria llamada vida. Acompáñanos a conocer esta desesperada, peluda y pseudoromántica historia.
Wilhelmina Morgan Callaghan y su actual pareja, un yorkshire llamado Henry Frederick Stanley Morgan están festejando su octavo aniversario de matrimonio. A sus 43 años encontró en su perrito la ternura que le hacía falta para sentirse una mujer amada y feliz, por ello decidió llevar su relación a un paso más allá.
Y todo gracias a… ¡Internet!
¿Por qué será que a nadie le sorprende? Resulta que esta mujer descubrió que era posible contraer nupcias con su mascota por medio de una publicación en un sitio web, y lo hizo justo en una etapa de su vida en la que estaba totalmente decepcionada y harta de buscar fidelidad en el género masculino. Así que no lo pensó dos veces y le pidió a su mejor amiga y cómplice que la apoyara en esta locura siendo testigo del acontecimiento más importante en su vida: la boda.
La prueba del pacto de amor
Bueno en realidad NO es posible casarse con un animal… Todavía. Sin embargo lo que les entregaron para simbolizar el gran afecto que se tienen fue una constancia de unión espiritual, misma que la mujer enmarcó y colgó en la pared de su sala. Estamos seguros de que cada que alguien entre a esa casa preguntará por esa extraña historia y se llevará más de una sorpresa, pues no solo están casados: ¡tienen hijos!
¿Cómo lo lograron?
Además de hacerse cargo de su amado esposo, adoptó a otros 10 cachorritos que cuida como si fueran sus propios hijos; sus nombres son: Merrick-Thor, Mercurius, Medeia, Celia, Madoc, Francesca, Bebe, Victor, Blodwen y Ludwig. Definitivamente si algo le sobra a esta mujer, además de amor en su corazón, es espacio en su departamento.
Morgan, la loca de los perros
Puede que su historia te parezca un tanto absurda y hasta cómica, pero la verdad es que Morgan sufrió mucho durante un largo tiempo, pues además de las decepciones amorosas que vivió, la despidieron y estuvo a punto de sumirse en una profunda depresión; sin embargo, pudo salvarse gracias a la llegada de su peludo marido, Henry.
Henry ha sido muy bueno en todos los sentidos, es tan leal. Yo le digo “Ri”, que significa “rey” en el antiguo gaélico, porque es como mi rey… ¡Es perfecto para mí!