Consumamos o no productos de origen animal, el asesinato de fauna para convertirla en platillos es una realidad que nadie ignora; sin embargo, muchas personas defienden su postura argumentando que es un ciclo de vida que debe cumplirse para conservar la estabilidad y el orden jerárquico de la cadena alimenticia. Aun si fuera cierto, todos sabemos que la mayoría de los animales que son sacrificados para la industria gourmet sufren mucho.
Por eso una cadena restaurantera de mariscos, Charlotte’s Legendary Lobster Pound, ha decidido tomar medidas inusuales: ¡para aminorar su dolor, anestesian con marihuana a sus langostas antes de meterlas a hervir! Tranquilos, esto solo ocurre en Main, uno de los estados de Norteamérica donde el uso de dicha hierba es legal para fines medicinales y analgésicos.
Utilizan el peculiar sedante antes de meterlas al agua
Como todos sabemos, las langostas son cocinadas vivas, lo cual a los dueños de esta cadena les parecía demasiado cruel e injusto.
Les aplican la droga por medio de humo
Así que hay alguien detrás de este ritual que, imaginamos, también está bastante relajado.
Adiós llanto
Cuando las langostas son hervidas producen un escandaloso chillido de desesperación, que los administradores de la cadena aseguran ha disminuido desde que comenzaron a implementar su peculiar técnica.
¿Qué pasa si el cliente se opone?
Como se supone que el consumidor siempre tiene la razón, puede elegir si desea o no que su langosta sea sedada; sin embargo, el chef se acerca a recomendarlo ampliamente, pues dice que no hay ninguna alteración en la consistencia ni en el sabor de los platillos.