La caza de animales -y el trato- aún es un tema con mucha tela de donde cortar para debate y justo por esto, en el ojo de huracán se encuentra el Parque Nacional Kaziranga ubicando en India quien es un ejemplo de éxito en la conservación de animales en peligro de extinción, a un siglo de su apertura con solo un puñado de rinocerontes ahora ha elevado la cifra a 2 mil 400 de ellos que equivale a tercera parte de su población mundial, nada mal.
En el ojo del huracán
Lo que ha levantado los ojos hacia Kaziranga es un permiso aprobado en 2013 que permite a los cuidadores del parque: disparar a matar a los cazadores furtivos que pongan en peligro a su valioso rinoceronte. Permiso que solo le es concedido normalmente a las fuerzas armadas o a la policía en casos de un levantamiento civil.
¿Pero por qué es tan valioso?
En algunos países se tiene la creencia que el consumo del cuerno de rinoceronte tiene propiedades milagrosas para curar enfermedades como el cáncer hasta casos severos de disfunción eréctil, de ahí su enorme y cotizado valor. Además se tiene estimado un valor de 6 mil dólares por cada 100 gramos del cuerno dentro del mercado negro.
Entre cuernos y balas
En medio de este controversial permiso quedaron ubicados geográficamente cientos de grupos tribales que habitan en la zonas aledañas al parque y que han vivido ahí por siglos. Su medio de supervivencia es la agricultura y la ganadería. No es de extrañar que algunos de sus animales traspasen los límites y se pierdan en Kaziranga, pobladores comentan que esto es muy común pues no hay vallas ni carteles que delimiten al parque.
En 2015, murieron 23 personas a manos de los cuidadores de Kaziranga en comparación con los 17 rinocerontes a manos de cazadores.
Si bien es cierto que se ha logrado rescatar a un gran número de animales en peligro parece que este permiso está violando valores fundamentales y ha puesto en confrontación a los ambientalistas frente los defensores de los derechos humanos como Pranab Doley.
La instrucción es que cuando veamos a un cazador, saquemos las armas y lo persigamos”, dice el guardaparques Avdesh al corresponsal de la BBC .
Sin embargo según críticos la orden que los cuidadores han recibido significa llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales que carecen de objetividad. Satyendra Singh, director de la reserva, dice que la orden de disparar en el acto no describe de forma correcta cómo opera el personal.
“Primero les damos una advertencia: ¿quién eres? Pero si ellos disparan nosotros tenemos que matarlos”, afirma Singh, primero tratamos de arrestarlos y obtener información de con quién están vinculados, quiénes son los otros miembros de la banda”.
Mercado clandestino
Satyendra Singh, cree que al menos 300 locales están involucrados en la venta clandestina de cuernos de rinoceronte en el mercado negro. Sin embargo para la gente que vive en las inmediaciones del parque, el aumento en el número de muertos “por error” es un tema preocupante. El personal de Karazinga justifica la cifra aludiendo la fuerte tendencia en la venta ilegal y lo fuertemente armados que entran los cazadores a la reserva.
Las estadísticas parecen indicar que dichos encuentros entre cuidadores y cazadores no son como sugieren los directivos. En opinión de Pranab Doley, quien es miembro de la comunidad y defensor de los derechos humanos, el aumento en el número de muertes, se debe en mucho a la protección legal que les proporciona el parque a sus empleados, situación que es desigual para los miembros de tribus que habitan en las cercanías de Kaziranga.
Malas noticias
No solo el tema de la caza ilegal, el comercio clandestino y los asesinatos extrajudiciales es lo que amenaza a la población local. Kaziranga alberga también a animales salvajes como los tigres y los rinocerontes quienes necesitan mucho espacio para sobrevivir.
La India buscando una solución a este conflicto, está planeando una expansión de su red de parques nacionales. Sin duda es una gran noticia para las especies, pero esto implica el traslado de más de 900 poblados.
“De continuar con éste proyecto, se estima que más de 200 mil personas deberán abandonar lo que ha sido su hogar por siglos. A pesar de todo esto, las órdenes de desalojo ya han sido enviadas”.
Recientemente se desalojaron dos comunidades bajo enfrentamientos entre habitantes y autoridades muriendo dos personas, directivos del parque incluso prestaron elefantes y excavadoras para derribar las casas de uno de los poblados con conflicto.
Consecuencias a largo plazo
No se avecina un buen panorama a corto plazo en el conflicto entre Kazaringa y sus vecinos; críticos ven en esta destrucción de ideales e invasión de tierra más evidencia negativa en aras de la preservación, el problema es que la táctica para salvar especies desde que se implementó en 2013 está funcionando, ha disminuido el número de rinocerontes cazados, en 2016 solo fueron 18.
A largo plazo el costo tiene un precio muy alto, mientras se salva a algunos animales se destruirán antiguas culturas tribales que han habitado en esa zona por mucho tiempo distorsionándose la visión que pretendía salvar animales de su extinción.
“Esta es su política y filosofía: sacar a la gente de aquí y crear un bosque puro y prístino”.
No se discute la protección de las animales que se encuentran amenazados pero y el costo de la vida humana en dónde queda. ¿Podrá existir un lugar en donde puedan cohabitar en sana convivencia humanos y animales o algunos de los dos está condenado definitivamente a su extinción?