Jake era un cachorro de tan solo tres semanas de nacido cuando se incendió la casa donde vivía y se quedó atrapado en ella, pero fue rescatado por Bill Lindler, un bombero de Hanahan, California.
Tenía quemaduras en el 75 por ciento de su pequeño cuerpo, incluidos los cojinetes de sus patitas. Sus dueños lo abandonaron con el veterinario debido a que no tenían dinero suficiente para pagar sus gastos de recuperación, así que su futuro era incierto.
Afortunadamente, fue rescatado una segunda vez por el mismo bombero, pero ahora del abandono, y lo llevó con él para que se recuperara.
A pesar de la complicada situación, el lindo perrito mostraba una actitud envidiable y llena de fortaleza…
No solo Bill Lindler acogió a Jake, todos los bomberos quisieron apoyarlo en su recuperación y pensaron que sería una buena idea que, cuando estuviera mejor, participara en terapias para niños que hubieran sufrido quemaduras graves.
Jake creció y demostró fortaleza, inteligencia y empatía de manera sorprendente por lo que se convirtió en un perro bombero y hasta obtuvo su insignia. Hoy es un gran can que trabaja yendo a las escuelas junto a sus compañeros para mostrar a los niños cómo evitar incendios.
Jake llena de orgullo a sus compañeros, y a nosotros nos ha demostrado que todos podemos superar las situaciones por más complicadas que parezcan.