Henry es un gatito con la mayor suerte del mundo, no pudo haber tenido mejor final después de haber estado destinado a la muerte tras no encontrar a un hogar feliz quien lo cuidará para siempre.
En Australia, así como en otros países, es muy común que después de un tiempo determinado por sus leyes, los animales rescatados sean sacrificados al no encontrar un nuevo hogar que se haga cargo de él, y ese era el caso de Henry, un gato que había sobrepasado el periodo de rescate en el albergue Cat Rescue Newcastle, pero su historia fue justo como en una cuento de hadas.
Ese día llegó Adelle, su hada madrina, quien en la búsqueda de un gato se topó con Henry y se enamoró de inmediato. Cuando él llegó a sus brazos no pudo contener su agradecimiento y lo mostraba sin parar en cualquier momento.
“En el momento en el que abrí su caja, Henry caminó hasta mi hombro y me dio el más caluroso y amoroso beso que nunca había recibido. Era su forma de darme las gracias”.
Henry ahora sabe que aún hay esperanza y tiene alguien nuevo a quien amar.