Una prisión en Estados Unidos ha implementado un nuevo esquema que está cambiando la vida tanto de las personas como de los animales.
La dinámica consiste en que los reclusos entrenen a un perro abandonado durante dos meses.
Este proyecto fue denominado CellMates, y se encarga de unir a presos con perros abandonados por una buena causa, ya que gracias a esta iniciativa algunos presos de Estados Unidos se encargan de entrenar a perros sin hogar durante dos meses, con el fin de que tengan una mejor oportunidad de ser adoptados.
Actualmente, este esquema ha sido empleado en la Cárcel del Condado de Fulton, en Atlanta, y parece estar funcionando increíblemente bien.
“La mayoría de estos chicos creyeron que no había mucho de valor para ellos hace mucho tiempo. Pero cuando ese perro les ama y les confía, comienza a cambiar la forma en que se sienten sobre sí mismos”.
– Susan Jacobs Meadows, directora ejecutiva de caninos compañeros de celda
El entrenamiento es positivo para ambas partes, ya que por un lado los presos que reciben esta tarea se sienten útiles, y por el otro los perros tienen más opciones para encontrar una familia que les brinde un hogar.
Cada preso apadrina a un perro, con el que pasa 24 horas al día, los 7 días de la semana durante un período de 2 meses. Cuando los perros son asignados a un preso, por lo regular no tienen ningún tipo de formación y tienden a ser muy nerviosos por el simple hecho de que se encuentran frente a un completo extraño.
“Desde hace mucho tiempo estos hombres dejaron de creer que hubiese algo que valiera la pena. Pero el perro les quiere y confía en ellos, lo que hace que empiecen a cambiar cómo se sienten con ellos mismos”
El programa permite que durante este tiempo los perros abandonados puedan acostumbrarse a un nuevo entorno. El entrenamiento que los presos dan a los animales significa que es más probable que las mascotas encuentren una familia que esté dispuesta a adoptarlos; aunque para los presos no sea fácil decir adiós a sus amigos caninos.
“El vínculo que tenemos Fred y yo llegó a un lugar donde él iba a ser condenado a muerte y yo venía de un lugar que era demasiado malo. Si Fred puede tener la oportunidad de cambiar y de ir a un buen hogar, me dan ganas de cambiar el ambiente en el que estoy; eso significa que yo también puedo hacerlo mejor. Este programa me ha cambiado y me ha enseñado a ser responsable y tener paciencia”.
– Joseph Baker, Prisionero
Este programa nos demuestra una vez más que tener una mascota o alguien para cuidar nos puede cambiar la vida para bien. Sin duda una buena iniciativa por parte de esta prisión.