Ozzy contradice uno de los mitos más fomentados en la sociedad: que los gatos y los perros no se llevan. Este enorme pitbull se ha convertido en el niñero más cariñoso y atento de los gatitos de su hermana felina.
Ozzy siempre ha sido muy amigable
A pesar de su apariencia ruda, el perrito había intentado anteriormente hacer amistad con otro gato llamado Norm, que había sido adoptado por su familia; lamentablemente el felino no era tan afable, ignoraba y golpeaba a Ozzy cada vez que se le acercaba.
Un día, su dueña llevó a casa a una gatita rescatada
Winnie, como la llamó, era una gatita embarazada que vivía en las calles.
Winnie y Ozzy se hicieron amigos de inmediato
Por eso Ozzy estuvo encantado cuando sus gatitos nacieron.
Ozzy no se separa de los bebés
Los cuida como si él fuera el padre, hasta pasa más tiempo con ellos que la propia Winnie.
Le encanta lamerlos y jugar con ellos
Esta es la prueba de que los pitbull no son todo lo que de ellos se dice
Ahora Ozzy tiene nuevos amigos y no puede contener su felicidad.