Mickey es un perrito que se encuentra en un refugio de la ciudad de Alberta, Canadá, y que fue encontrado literalmente en los huesos. Cuando lo rescataron apenas pesaba 11 kilos, no obstante el peso ideal de este perro es de 25, pues es una cruza de bóxer; el problema era que no podía comer.
Mickey tiene un problema en el esófago por lo que no puede empujar la comida o el agua hacia el estómago, esto hace que no pueda comer por sí solo. Cuando el personal del refugio se dio cuenta, idearon una original manera de ayudarlo.
“El problema es que su esófago no se contrae para empujar el alimento o el agua hacia abajo. Esto le impide comer por sí mismo”.
– Barb Grodicky, voluntaria del refugio de animales de Canadá.
La solución: Una silla para comer. Sí, así como un bebé sentado en su sillita y a cucharadas es de la única forma en la que puede llegar toda la comida a su estómago. Y es que la dieta de Mickey es a base de alimento húmedo, puré de verduras y croquetas machacadas.
Día a día las comidas de este perrito deben ser con paciencia, tardan alrededor de 15 minutos al día en alimentarlo. Tener a Mickey no es cosa sencilla, es un poco más laborioso que sólo poner croquetas en un plato. Pero en verdad vale la pena tenerlo.
El personal del refugio asegura que es un perro muy amoroso y lleno de vitalidad, ha subido 7 kilos desde que llegó al albergue hace ya dos años. Sin embargo, necesita ser adoptado y encontrar un hogar pronto, pues ha pasado mucho tiempo.