Un día cualquiera, una mujer vio llegar a su casa a un lindo perro que se acostó en el patio y se quedó profundamente dormido hasta el día siguiente. Cuando despertó, se levantó y se fue.
La rutina se repitió así durante varios días. El perro llegaba al atardecer, se dormía y se iba al amanecer. La mujer estaba extrañada, sobre todo porque el peludo amigo tenía collar, estaba siempre limpio y no parecía sufrir ninguna incomodidad.
La mujer no pudo más y decidió averiguar por qué hacía lo que hacía, así que colocó una nota en su collar preguntándoles a los dueños el motivo de que el perro utilizara su casa como hotel.
Tuvo que esperar todo el día hasta que llegó el atardecer y, con él, el lindo perrito que tenía una nota de respuesta atorada en su collar. La mujer abrió la nota y soltó una gran carcajada cuando leyó la respuesta:
“Este perro vive en una casa donde hay seis niños, dos de ellos aún no tienen ni tres años de edad. Él solo está intentando dormir tranquilo, ¿puedo ir con él mañana?”.
La mujer se hizo amiga del perro y dejó que fuera a su casa a descansar las veces que él quisiera.