En otros artículo ya hemos comentado que la sensación irracional de querer aplastar las zonas más apachurrables de alguien tierno está asociado con nuestro instinto amoroso, y de ninguna manera se relaciona con crueldad o ganas de hacerle daño. Seguramente has sentido este impulso cada vez que observas a tu mascota correr hacia ti emocionada, sobretodo si pertenece a una raza arrugada, de cabeza ancha o con pelaje largo y suavecito.
¿A quién no le encanta acariciar y estrujar esos pliegues de piel arrugadita? No solo en perros, los cachetes son sinónimo de ternura en cualquier especie. Intenta no derretirte con la galería que verás a continuación; y recuerda que tú también puedes compartirnos las fotografías de tu cachetón favorito cuando recibe tus mimos y hace graciosas muecas de felicidad.