Cuántas veces hemos sido testigos de las muestras de cariño, empatía y solidaridad de los animales hacia otros seres vivos, siempre dispuestos a prestar su servicio y ayudar cuando es necesario en tiempos de adversidad.
Porque la vida no siempre es justa, hay algunas situaciones muy complicadas y tristes, como la triste historia de siete zarigüeyas recién nacidas que perdieron a su madre en terribles circunstancias.
Estaban solas y a la intemperie
Una joven llamada Stephanie Maldonado, que se dedica a entrenar perros en Río de Janeiro, Brasil, encontró a estas pequeñas crías recién nacidas, luego de que un perro atacara a la mamá y esta muriera al instante.
Tenían una esperanza
Maldonado las llevó a su casa con la esperanza de poder salvarlas, pues temía que también fallecieran, ya que eran demasiado pequeñas y ni siquiera habían abierto los ojos. Además, no estaba segura de cómo criarlas.
Alguien estuvo ahí para ellas
Por fortuna, una de las perritas de Stephanie pudo brindar su auxilio: Pretinha comenzó a amantar a las bebés hasta que poco a poco todas comenzaron a abrir sus ojitos gradualmente y obtuvieron la fuerza para seguir por su propia cuenta.
Se volvieron inseparables
Poco después, Prethinha empezó a darles pequeños paseos en su lomo, justo como lo hubiera hecho su madre.
Pronto volverán a su hogar
Stephanie esperó a que los bebés estuvieran en condiciones adecuadas para llevarlas al mundo salvaje, que es a donde realmente pertenecen.