Pirate es una perrita anciana que había pasado la mitad de su vida, siete años, en el albergue animal. Justo cuando creía que moriría sin encontrar una familia, Jennifer Hoyt, una mujer de buen corazón, la adoptó.
Jennifer y su esposo querían expandir la familia
Recién se habían casado y se estaban mudando, así que en lugar de comprar una mascota prefirieron cambiar la vida de un perro abandonado.
Cuando Jennifer entró al refugio Oahu SPCA y preguntó por Pirate, todos se sorprendieron pues las familias casi siempre prefieren adoptar perros jóvenes.
La familia la visitó durante un mes
Como no habían terminado su mudanza no podían llevarla a casa, pero la visitaron todos los días durante un mes.
Luego de la larga espera, Pirate por fin llegó a casa
Desde el primer momento con su nueva familia ella se llenó de energía y optimismo, se comportaba como una cachorra.
Ahora es una niña consentida
Pirate ahora está viviendo por fin con una familia que la ama y la cuida, es tan feliz que no puede parar de sonreír.