Alaska es uno de los lugares en el planeta en donde los animales todavía pueden transitar de forma libre y sin peligro. De hecho, el río McNeil es famoso por la cantidad de osos cafés, gracias a la abundante concentración de salmón en la zona. En 1967 fue designado por las autoridades como un santuario de la vida salvaje.
En 2014, Drew Hamilton, un empleado del departamento de Caza y Pesca de Alaska, decidió ir a acampar a este famoso río y mientras observaba a algunos osos pescar, tuvo una de las experiencias más increíbles de su vida…
Recibió una visita extraordinaria
Drew estaba tranquilo, sentado frente al río, cuando un enorme oso pardo se acercó a su campamento y, de la nada, decidió tomar asiento justo al lado de él.
Por suerte, Hamilton es un experto en la materia, por lo que mantuvo la calma y permitió que el grande y peludo animal descansara a su costado. El oso estaba muy tranquilo y no dio señales de violencia.
Un oso amistoso
Normalmente un oso reaccionaría de forma agresiva al encontrarse con un ser humano, lo cual habría provocado que los otros miembros de su especie hubieran acudido en su ayuda. Pero eso no ocurrió, por lo que Drew tuvo la oportunidad de sacar su cámara y grabar el insólito momento.
Al parecer, la enorme criatura solo quería disfrutar del espectacular paisaje y la tranquilidad de la naturaleza. Para poder acceder a la zona se tiene que conseguir un permiso de visita que funciona a través de un sistema de lotería. Hamilton se llevó el premio mayor.
No te pierdas este inusual suceso
Finalmente, el osito decidió marcharse y dejó a su nuevo amigo deleitarse con el hermoso atardecer.
Según la página web de la zona protegida, al menos 144 osos habitan en las inmediaciones del río y en verano se han podido observar hasta 74 en el mismo día.