Como responsables de representar y salvaguardar a las especies del planeta Tierra, es nuestra obligación velar por su bienestar. Desde dar cobijo, abrigo y alimento a los animales que fueron domesticados hace cientos de años para la compañía y servicio del hombre, hasta inculcarles hábitos de formación a los más pequeñitos de nuestra especie. Benévolas organizaciones que se dedican a la inclusión de animales abandonados rescatan, rehabilitan y buscan integrarlos a la sociedad y reubicarlos en la vida familiar, demostrando con ello más que un acto de caridad, su admirable fe en las futuras generaciones.
En esta ocasión, acentuamos el ingenioso trabajo que se realiza en la institución Humane Society del estado de Missouri, donde una creativa idea está dándole la vuelta al mundo. Se trata del programa de lectura “Amigos del refugio”, en el que se propone una idea bastante simple pero significativa: niños leyéndoles cuentos a los perros.
Es una hermosa manera de acercarse a ellos en caso de no poder realizar una adopción, y también una actividad de amplio aprendizaje, ya que no solo obtienen una mejor comprensión lectora, sino que se llevan a casa una gran lección de altruismo.
“Queríamos ayudar a nuestros perros tímidos y asustadizos, sin forzar la interacción física, para ver el efecto positivo que esto podría tener sobre ellos”.
Niños de 6 a 15 años pueden inscribirse al programa por Internet, luego cada uno de ellos recibe entrenamiento para leer por medio de un lenguaje físico y verbal que sirva para calmar a los perros en caso de que estén estresados o nerviosos.
“Lanzamos el programa la Navidad pasada, pero ahora la actividad está disponible una vez al mes”.
Los encargados animan a los pequeños voluntarios a sentarse enfrente de las perreras con un libro y leerles un cuento, un simple gesto que va mucho más allá de lo que parece.
“Lo ideal es que el perro temeroso se aproxime y muestre interés, en ese caso los niños refuerzan ese comportamiento lanzándoles un premio. Esto también los estimula en caso de ser adoptantes potenciales del perro. Si se aproxima y muestra interés, es más probable que sea adoptado que si se cohíbe y se asusta con la actividad”.
Cabe mencionar que no solo los perros más tímidos han sido beneficiados con el programa. También los extrovertidos y juguetones han disminuido su nivel de ansiedad y mostrado empatía con la lectura de los pequeños.
“Escuchar a un niño leyendo tranquiliza a los animales. Es increíble la respuesta que hemos visto en esos perros”.
Una vez que los niños voluntarios completen el programa de entrenamiento de 10 horas y hayan aprendido a trabajar mediante supervisión, pueden regresar con sus padres nuevamente las veces que lo deseen.
Sin duda, mientras esta actividad extraacadémica beneficia a los pequeños como estudiantes, reciben también un importante aprendizaje que no se obtiene en cualquier institución educativa.
“Alentar a los niños a desarrollar empatía con los animales es un ejercicio tranquilo y pacífico. Se dan cuenta del temor en ellos y del efecto positivo que la actividad les puede brindar. Los encamina a observar las cosas desde la perspectiva animal, lo cual los ayuda a generar una mejor conexión con los animales y la gente en su vida”.
A pesar de que este programa se lanzó recientemente, el director asegura que ha desencadenado adopciones exitosas. Los niños han sido los más emocionados con la actividad, tanto que los indicadores señalan una mayor respuesta de participación que la que se esperaba recibir.
Si todo sale bien, está planeado expandir el programa a todos los albergues de Humane Society, considerando también aplicarlo con gatos.