Cuando mi perrita era una cachorrita le compré un conejito rosa, se llama Rabito, y resulta que mi perra se enamoró completamente de él. Podía pasar las horas jugando, ¡no se aburría de él! Hoy, 8 años después, sigue siendo igual. Rabito ya no tiene una oreja, está tuerto, sin cola y con muy poco relleno, pero mi perra lo sigue amando igual.
Estas 18 mascotas también se han enamorado completamente de sus juguetes favoritos y no los cambiarían por nada del mundo. Las fotos del antes y ahora son completamente adorables y en algunos casos es increíble que el pobre juguete sobreviva después de lo que parece haber sido una vida muy ruda.
Así que… si necesitas tu dosis de ternura diaria, debo decirte que estás en el lugar correcto.